Sopa de Pollo para el Alma del Adolescente consists of stories every teen can relate to and learn from -- without feeling criticized or judged. This edition contains important lessons on the nature of friendship and love, the importance of belief in the future, and the value of respect for oneself and others, and much more.
1Sobre Las Relaciones L-as relaciones, de cualquier tipo, son como arena en la mano. Si la sostienes suelta, con la mano abierta, la arena se queda donde está. En el instante en que cierras la mano y la comprimes para retenerla, la arena se te desliza entre los dedos. Tal vez conserves un poco, pero la mayor parte se te escurrirá. Una relación es algo similar. Si la dejas suelta, confiriendo respeto y libertad a la otra persona, lo más probable es que se mantenga intacta. Pero si la atrapas demasiado, si eres demasiado posesivo, la relación se escabulle y se pierde. Kaleel Jamison, The Nibble Theory Después de un tiempo Después de un tiempo aprendes la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma,Y aprendes que amar no significa apoyarte y compañía no significa seguridad,Y empiezas a aprender que los besos no son contratos y que los obsequios no son promesas,Y comienzas a aceptar tus derrotas con la cabeza en alto y los ojos abiertos, con la gracia de un adulto, no con el pesar de un niño,Y aprendes a construir todos tus senderos en el ahora porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes.Después de un tiempo aprendes que hasta el sol quema si recibes demasiado.Así que siembra tu propio jardín y decora tu propia alma en lugar de esperar a que alguien te traiga flores.Y aprendes que en verdad puedes resistir . . .Que en verdad eres fuerte,Y que en verdad vales. Veronica A. Shoffstallescrito a los 19 años Espíritus afines A menudo he narrado a mi hija Lauren la historia de cómo su padre y yo nos conocimos y de nuestro enamoramiento. Ahora que tiene 16 años, está preocupada porque comprende que su espíritu afín puede estar sentado junto a ella en una clase o hasta le puede pedir una cita, pero todavía no se siente preparada para hacer el mismo compromiso que sus padres hicieron años atrás.Conocí a Mike el 9 de octubre de 1964. En la fiesta de nuestra amiga Andrea se encontraron de extremo a extremo del patio nuestros tímidos ojos. Nos sonreímos y después de un rato nos encontramos enfrascados en una conversación que duró toda la noche, excluidos todos los demás. Yo tenía 11 años, y él 12. A los tres días ya salíamos juntos, lo que terminó después de un mes algo tumultuoso.Meses después, Mike todavía me invitó a su espectacular bar mitzvah e incluso me sacó a bailar. (Años más tarde me confesó que a pesar de mis frenos, mis piernas flacuchas y mi cabello estrambótico, pensaba que yo era bonita.)Mike y yo teníamos muchos amigos en común, y en la escuela pertenecíamos al mismo grupo social, por lo que a lo largo de los siguientes años nuestros caminos se cruzaron de continuo. Cada vez que yo terminaba con un novio u otro me rompía el corazón, mi madre exclamaba, 'No te preocupes, tú vas a terminar con Mike Leb'. Yo gritaba, '¡Jamás! ¿Por qué piensas eso?'. Me recordaba lo mucho que aparecía su nombre en mis conversaciones y lo buen muchacho que era.Por fin llegué a la secundaria, llen
Excerpted from Sopa de Pollo para el Alma del Adolescente by Mark Victor Hansen, Jack L. Canfield, Kimberly Kirberger, Jack Canfield
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